La época de esplendor que representó el auge petrolero en el sur de Tamaulipas estuvo enmarcada, no solamente por el crecimiento económico de la sociedad del norte de México, sino que también por el crecimiento de los casinos de Playa Miramar, lugares que crecieron a la par del sector del petróleo.
La esplendorosa época que vivieron estas salas de juego son añorados, se espera que algún día vuelvan a impulsar las playas de Tamaulipas, una región donde la diversión está garantizada, a pesar de no ser el principal atractivo turístico del país.
La leyenda cuenta que los Casinos de Playa Miramar tenían salones tallados en madera, listos para toda clase de evento musical o cinematográfico, de hecho, el cine de oro mexicano llegó hasta sus salas de juego en 1943, cuando aparecieron en la gran pantalla todos los rincones de las bellas playas tamaulipecas.
Fue el actor Germán Valdez, mejor conocido como “Tin Tan” quien puso en el mapa a Ciudad Madero, las playas aparecieron en su primera película “El que la traga la paga”, metraje mudo que duró siete minutos y que fue filmada en el Casino Miramar.
De acuerdo con información del historiador Francisco Ramos Alcocer, esta película logró que la belleza del Golfo de México fuera admirada por millas de personas en las salas de cine de todo el país. Aunado a la presencia de Germán Valdez, otros actores estelares como “la Doña” María Félix o Jorge Negrete tuvieron actuaciones en las salas del lugar, así como otras orquestas internacionales que ayudaron a pasar un buen rato de esparcimiento a todos los que se daban cita en el emblemático sitio.
Muchos dicen que la época a la que se hace alusión fue la mejor que ha vivido Ciudad Madero, incluso por encima de otros momentos históricos como aquel en el que la ciudad contó con futbol de Primera División con la creación de la Jaiba Brava del Tampico Madero , institución que juega sus partidos de local en el Estadio Tamaulipas, mismo que se encuentra ubicado en la frontera de Tampico y Ciudad Madero, una de las grandes curiosidades del equipo.
Un poco de historia
La historia de los casinos de Miramar comenzó en el año 1932 cuando el auge petrolero apenas iniciaba en Ciudad Madero, Tamaulipas. Todo ello llevó a que a playa se cubriera del glamour de todas las familias adineradas que llegaban hasta los centros de esparcimiento con la firme intención de poner en juego su plata en las ruletas, las máquinas tragamonedas y lujosas mesas de juegos de cartas, ahora todo contrasta con la falta de servicios públicos entre muchas otras cuestiones que han dificultado el regreso a este poderío mediático.
Todo culminó cuando las tormentas comenzaron a azotar las costas del Golfo de México, la destrucción de la infraestructura llegó y con ella la obligación de realizar constantes reparaciones en los casinos que querían mantener activos sus servicios, mas el golpe fue mortal por los constantes fenómenos meteorológicos más el decreto que puso fuera del municipio y de las playas tamaulipecas a todos los establecimientos de este tipo, mismos que cambiaron de giro y se transformaron en balnearios. El juego se terminó.
Los casinos regresaron a la entidad en el 2018, cuando el congreso local aprobó su presencia debido a que fortalecerían la economía estatal, con la pandemia de coronavirus que impera en el mundo, las salas de juego se volvieron a ver en la necesidad de cerrar, sin que hasta el momento se tenga clara la fecha de la reapertura.
Quizá nada vuelva a ser lo mismo, es bien sabido la incertidumbre jurídica que impera sobre la tenencia de la tierra, así como la falta de servicios como energía eléctrica, agua potable y drenaje sanitario, el potencial del lugar no ha sido explotado y será difícil , aceptó Jaime Posadas Lara, presidente del Consejo Empresarial de Madero.
“El hablar de los casinos es prematuro y necesario, pero tenemos una gran parte del boulevard costero que no hay agua ni drenaje sanitario, no hay suministro eléctrico, debe resolverse eso primero”, dijo, según información publicada por el Diario Milenio.
La instalación de casinos en la zona de playa, como en antaño podría ser favorable, todo dependiente de que en el futuro cercano alguien tenga el interés y se acerque a las autoridades competentes y las ganas de sortear todos los obstáculos.