Bien dicen que México logra hacerse de un espacio en donde quiera que se lo propongan. Y en esta ocasión vale la pena recordar que en 2013 el arte mexicano tuvo presencia en un histórico casino en Francia.
Fue hace 10 años, el 3 de octubre de 2013, que el periódico mexicano La Jornada publicó que el antiguo casino Bellevue, actualmente un centro de congresos y exposiciones, fue sede de la exposición El Arte Mexicano 1920-1960, elogio del cuerpo, que contó con curaduría de Miguel Fernández Félix y de Sergio Raúl Arroyo.
Esta noticia vale la pena analizarla para conocer la historia de un otro antiguo casino físico, esta vez de carácter internacional, además de recuperar esta poco usual historia en la que el arte de México se hizo presente en un complejo histórico de Biarritz, ciudad en el suroeste de Francia.
Breve historia del Casino Bellevue
Se trató de la primera sala de juegos que contó Biarritz. Se fundó en el año 1858, siendo el principal punto de encuentro de la vida durante el Segundo Imperio. El empresario español Benito R. de Monfort, pionero del mundo de la fotografía, tuvo la dicha de inaugurarlo tan pronto finalizaron las obras.
Rodeado de palacios y tiendas, el casino fue por muchos años el principal atractivo de la ciudad, siendo la sede de fiestas, bailes, reuniones y, por supuesto, personas que quisieran jugar a las cartas, sin mencionar su restaurante y sus boutiques que atraían tanto a hombres como a mujeres.
El casino Bellevue se incendió en 1886, pero se logró una reconstrucción en tiempo récord para mantenerlo estable. Personalidades como Charlie Chaplin, Josephine Baker, Jean Patou o Charles Trenet llegaron a visitarlo y admitieron sentir cierto enamoramiento de dicho casino.
Fue adquirido por el consistorio en 1982, siendo completamente reconstruido en 1999. El arquitecto Jean-Michel Wilmotte fue el encargado de diseñar un espacio emblemático de congresos y grandes exposiciones Le Bellevue, de la ciudad de Biarritz.
Se dejaron atrás los juegos de blackjack y las ruletas, pero no queda duda de que siguieron formando una parte importante de historia en la ciudad costera Biarritz, que se encuentra a 50 kilómetros de distancia con respecto a San Sebastián, en España, además de casi 800 kilómetros de distancia de París.
La muestra mexicana que llegó
El rotativo mencionado anteriormente señala que fueron 105 piezas de carácter único las que se reunieron en el antiguo casino Bellevue, pertenecientes tanto a colecciones públicas como privadas, divididas en secciones vinculadas con la representación del cuerpo (nacionalista, político y profano) y una sección de fotografía.
La relación de Biarritz con México es estrecha, ya que incluso algunos porfiristas se exiliaron aquí, como Francisco León de la Barra, quien fue presidente interino de México cuando Porfirio Díaz dejó el poder en 1911 con lo que fue la Revolución Mexicana. De hecho, De la Barra murió en esta ciudad en 1939.
Francisco Sergio Iturbe, uno de los coleccionistas mexicanos más importantes del siglo XX, vivió en esta ciudad e incluso construyó su Villa Fal en 1914.
La exposición El Arte Mexicano 1920-1960 llegó al antiguo casino de Bellevue por insistencia de Didier Borotra, quien fue alcalde de Biarritz entre 1991 y 2014 y que era un amante de la cultura mexicana y latinoamericano, como se reflejó en sus proyectos, como el Centre de Ménagement Europe-Amerique Latine, así como el Festival de Cine Latino.
La escultura mexicana fue la más aplaudida con 15 piezas, algunas con obras de exponentes nacionales como Francisco Zúñiga y Luis Ortiz Monasterio, además de otras como Beisbolista, de Germán Cueto (1928), Primeras letras (ca. 1930), de Oliverio Martínez (la escultura que vimos anteriormente en una fotografía); La Raza (1938) de Carlos Bracho, con una cabeza de mujer en ónix, que buscó exaltar la belleza indígena de forma universal.
También se reconocieron cuadros como Día de San Juan (ca. 1939), de Julio Castellanos, Las tres parcas (1936), de Manuel Rodríguez Lozano; y el Retrato de María Marín (1937), de Carlos Orozco Romero.
Si bien hoy ya no es posible jugar a la ruleta, el póker o las cartas en el antiguo Casino Bellevue, nos pareció una historia que valía la pena conocer y que de paso nos permitió explorar un casino en un país tan cercano a México como lo es Francia. La historia, el arte y los juegos de azar encontraron una relación interesante a través de una curiosa anécdota.