Desde la antigüedad, el hombre le ha dedicado parte de su tiempo a buscar formas de entretenimiento y a competir con otros, generando las bases para los juegos de mesa y de azar que hoy en día conocemos. Muchos de estos juegos fueron diseñados con el fin de desarrollar las habilidades físicas y mentales, pero también se convirtieron en actividades en las que el azar tuvo un papel determinante.
Aquí te contamos algunos de los juegos de mesa más antiguos de los que se tiene registro.
Tabla de contenidos
Wei -ch’i o Go
Con más de 4 mil años de antigüedad, este juego chino funcionaba tanto para entretener como para realizar estrategias militares.
Su funcionamiento es sencillo: un jugador usa fichas blancas y el otro de color negro, las cuales deberán ser colocadas estratégicamente para intentar bloquear al rival en cualquier intercepción del tablero, con extensión aceptada de 19×19 casillas.
El ganador será aquel que tenga la mayor cantidad de fichas en territorio rival. En caso de que exista un empate, se dará por ganador al jugador de las fichas blancas, que fue el segundo en mover sus piezas en la partida. Si bien pueden sonar a reglas sencillas, el Go es un juego de estrategia que requiere concentración y movimientos acertados para ganar.
Tabas
Este juego, que aún tiene algunos practicantes en el mundo, es muy similar a los dados actuales, con registros de aproximadamente 3500 años antes de Cristo.
Consiste en lanzar huesos tabas o astrágalos, los cuales tienen lados distintos, lo que facilita diferenciar unos de otros, aunque también había otros tipos de huesos que llegaban a ser tallados.
Muchas veces, se realizaban apuestas para determinar qué lado de la taba quedaría hacia arriba. Se podía ganar apuestas si las partes salientes de la taba quedaban hacia arriba, aunque existía el riesgo si la cara superior era alguna de las partes hundidas.
El juego de la taba fue introducido por los españoles en toda América y es muy popular en zonas rurales y ganaderas. Si bien los huesos comenzaron siendo de animales, hoy en día su popularidad ha provocado que se produzcan ejemplares en plástico o metal.
Senet
Se trata de un juego de tablero con origen en el antiguo Egipto, el cual surgió alrededor del 2600 antes de Cristo y se cree que era usado con fines religiosos, aunque también servía para entretener.
Su tablero, de tres filas de diez recuadros cada una y con numeraciones, tenía su punto de salida en la decimoquinta casilla, el lugar de donde partían sus peones. El punto era sacar las fichas del tablero, de acuerdo con el resultado de las tabas o los dados utilizados en la época.
Lo curioso de este juego es que existían símbolos que podían adelantar o atrasar a los jugadores, una característica muy similar a muchos juegos de mesa actuales.
Lotería
Un clásico conocido por muchos, el cual tuvo un antecedente muy similar entre el 206 a.C y el 220 d.C., durante la dinastía Han en China, con los billetes Keno, un tipo de lotería que algunos casinos siguen ofreciendo en sus servicios.
Utilizado para recaudar dinero en pro del gobierno, el ejército y la construcción de la Muralla China, los chinos jugaban en busca de un premio monetario, el cual representaba solo una parte del efectivo recaudado.
Los romanos también implementaron este juego como una forma de amenizar sus reuniones, al distribuir billetes de forma gratuita y brindarles la posibilidad de llevarse premios, todos decididos por la suerte.
El concepto se ha mantenido y es uno de los preferidos en todo el mundo, comprando cachitos con la esperanza de salir ganadores de cierta cantidad de dinero o algún premio.
Juego real de Ur
Con origen en el año 2600 antes de Cristo, se trata de un juego sumario, el cual utilizaba un tablero peculiar y poco convencional, con 20 casillas, divididas en un bloque de 12 (3×4 casillas) y un segundo bloque de seis casillas (2×3) unidas por un puente de dos casillas más.
Aunque no se sabe con exactitud las reglas del juego, se han hecho estimaciones de que se trata de un juego de carreras o persecución, muy similar al parchís o el backgammon, disputado por dos jugadores, cada uno con siete fichas a su posesión: fichas blancas y fichas negras.
Las fichas serían movidas de acuerdo con el resultado de los dados lanzados, por lo que el ganador sería aquel que recorriera el tablero más rápidamente. Una de las piezas encontradas está en exhibición en el Museo Británico, en Londres.