Como parte de nuestro recorrido a los casinos históricos que hay en México, nos toca turno el trasladarnos al norte del país, en Chihuahua. Si bien es cierto que el auge de los casinos en nuestro país comenzó en 1907 por decreto de Porfirio Díaz, en ese entonces presidente, hubo avances mucho tiempo antes.
Más precisamente en 1880, justo el año en el que terminó la primera parte del Porfiriato (1877-1880) y en el que ya se hablaba de casinos. En dicho año se hablaba de edificar un complejo que sirviera como punto de reunión de las altas clases sociales, por lo que comenzó la construcción de un casino.
Un año después, en 1881, se inauguró el Casino de Chihuahua, obra del trabajo de los empresarios de la zona y en el que la principal característica era la elegancia. Fue un punto de reunión de las personas de alta sociedad en Chihuahua, con los juegos clásicos de todo casino que se respete: desde juegos de cartas, mesas de póker, ruletas y blackjack, por mencionar algunos ejemplos.
Para 1882, el Casino de Chihuahua abrió sus puertas de manera oficial con un baile elegante, al que se invitó a las personas más acaudaladas de la zona. Dicho casino se encontraba en una casa arrendada, pero su creciente popularidad ayudó para que se buscara una sede más grande.
Y así sucedió: los fundadores construyeron un edificio en el que se pasaron sus mesas de juego, además de que se agregaron líneas de boliche, un sofisticado restaurante y su bar fue ampliado, para hacer de este un complejo aún más lujoso de lo que ya era.
Con el tiempo, el casino cambió su nombre a Chihuahuense, en clara referencia al estado y la ciudad en la que se encontraba. Vivió muchos años de gran plenitud… hasta que llegó la Revolución Mexicana.
Sí, fue en este conflicto armado (que se vivió en todo el país) que el casino cerró sus puertas, pero siguió en funcionamiento, al ser utilizado por las fuerzas de Francisco Villa (el ejército Villista) como un centro hospitalario. De hecho, Pancho Villa, cuyo nombre original era Doroteo Arango, fue caudillo en el estado de Chihuahua, de ahí su apodo de Centauro del Norte.
El Chihuahuense superó varias crisis y en 1927 recuperó su nombre original de Casino de Chihuahua. Trató de recuperar su encanto original, aunque el trayecto no fue nada sencillo, dado que para la década de los años setenta sufrió un incendio que afectó gran parte de su infraestructura.
Su reconstrucción inició de inmediato, pero no fue sino hasta 1988 que se inauguró de nueva cuenta, para beneficio de la cultura y arquitectura de nuestro país, al pasar a revivir a uno de los casinos más históricos de México y uno de los casinos más importantes en la ciudad de Chihuahua.
Desde entonces y a lo largo de los años, el Casino Chihuahua se ha establecido como un importante punto de encuentro para reuniones sociales y de negocios.
La actualidad del Casino Chihuahua
Han pasado más de 140 años de la gran inauguración del Casino de Chihuahua, que actualmente es una reliquia arquitectónica que se encuentra en el casco histórico de la ciudad homónima.
Es verdad que actualmente no funciona como un centro de entretenimiento con mesas de póker o ruletas, tampoco es un punto de encuentro para los empresarios, pero sí que ha tomado un rol aún más importante: el de enseñanza y acervo cultural.
Y es que en la actualidad, el Casino de Chihuahua opera con la intención de recuperar un espacio que alberga tanta historia, por lo que sus puertas están abiertas para enseñarle tanto a los chihuahuenses y como a los turistas nacionales y extranjeros cómo eran los casinos en aquellas épocas.
Su infraestructura está conformada por cuatro niveles, aunque ya no hay mesas de billar ni líneas de boliche: ahora se encuentran salas de juntas y la mezzanina donde estaban las mesas de juegos de cartas se convirtió en un elegante restaurante, en tanto el lobby es una sala de estar y de networking.
Es verdad que ya no hay un casino como tal, pero no se puede negar que el Casino de Chihuahua, al igual que otros que hemos visto en nuestro blog, son espacios culturales que vale la pena conocer a profundidad.
